Las trampas del PSOE en la obra del nuevo Hospital de Melilla.

Lo que sorprende es que sea el señor Fidel Moga, que “la única vez que accedió a un cargo de responsabilidad pública lo hizo de forma ilegal, sea él quién hable de trampas”.

Es clara la estrategia del PSOE en el asunto de la obra del hospital, mentir mil veces para que la 1001 parezca cierto. Así es como se explica el empecinamiento de los portavoces meritorios, en tratar de tergiversar los hechos, y de paso intentar ocultar el gran logro que ha sido, tras numerosas y duras gestiones, retomar la obra de esa ya imprescindible infraestructura sanitaria para Melilla y su población.

Afortunadamente, los hechos son incontestables y rotundos, ya que están documentados mediante informes técnicos o incluso con sentencias judiciales, que no dejan bien parados a los gestores de INGESA del último gobierno socialista.

Compartimos con la opinión pública, que ahora lo que importa es que la obra avance a buen ritmo, y tengamos el nuevo hospital cuanto antes y con la mejor tecnología posible; pero no podemos ni debemos, con la única intención de desmontar esa estrategia de la mentira permanente (¿otra vez con la mesa de contratación de las ambulancias de INGESA?), e informar a la opinión pública de lo ocurrido, dejar sin responder esta, y temo que va a ser larga sarta de mentiras.

Por ello, y de forma muy resumida, enunciamos una parte de las grandes falacias del Partido Socialista en este tema.

Proyecto de obra presupuestado de forma insuficiente. Se licitó inicialmente por 54 millones de euros, y adjudicado finalmente en 41. Hoy sabemos que el hospital no costará menos e 100 millones de euros, y ha tenido que ser el Partido Popular el que lo ha hecho. Éste fue el origen de todas las vicisitudes ocurridas posteriormente con esta obra.

La obra se retrasó en su inicio un año, porque aunque se había adjudicado la obra a la (U.T.E) Unión Temporal de Empresas, no estaba contratada la dirección facultativa D.F. Por cierto, INGESA fue condenada cinco años después, porque cuando la contrató se hizo de forma anómala y hubo que retrotraer las actuaciones. Ese retraso le causó un perjuicio a INGESA de cientos de miles de euros, al deber indemnizar a la UTE.

En junio de 2011 se solicita por la D.F un modificado del proyecto por valor de 8 millones de euros, el máximo que permitía la normativa vigente. Curiosamente gran parte del modificado propuesto, coincidía mucho con uno que la U.T.E solicitó y fue rechazado el primer año de obra.

La ministra socialista Leyre Pajín firmó en julio de 2011, hubo elecciones en noviembre de ese año, la continuación provisional de la obra tenía validez por 8 meses, pero hasta noviembre no se encargó el proyecto técnico, el modificado, que se entregó en INGESA en enero de 2012. Un mes antes de que venciera la validez de la orden de Pajín.

El cepo técnico administrativo, que más adelante sería también judicial, estaba completado: INGESA estaba atrapada y con ello la continuidad de la obra.

La prescripción de la orden ministerial significó que a partir de marzo, no se podían abonar certificaciones de obra, y los hechos venideros estaban cantados.

Aunque INGESA, ya en la época del gobierno del Partido Popular intentó tramitar correctamente un proyecto modificado, no el inicialmente propuesto, ya que tenía la opinión en contra de los técnicos de INGESA, no fue hasta septiembre de 2012 cuando se aprobó por INGESA; con ello, se hubo de proceder en mayo a la paralización temporal parcial, que en septiembre fue total, a instancias de la U.T.E, que no quería saber nada de lo que no fuera el modificado tratado en la época del gobierno anterior.

Posteriormente, han sido una serie de largos episodios judiciales, en los que INGESA defendía el interés público y de los melillenses, pero la actitud irreductible e irreconciliable de la U.T.E, hizo imposible la continuidad de la obra; sólo la sentencia ya firme de abril de 2016 de la Audiencia Nacional, resolviendo el contrato de obra, ha permitido la misma.

“Así actuó el Partido Socialista en el tema de la obra del nuevo hospital, lo quiera reconocer o no el señor Fidel Moga, que por cierto, si cree que poniendo el énfasis en la actual situación del nombramiento de Francisco Robles, arroja dudas sobre la veracidad de sus manifestaciones, de nuevo yerra. Yo puedo afirmar que, fui propuesto ya en 2012 por el delegado y apoyado por el presidente de mi partido, Juan José Imbroda. El señor Moga apenas estuvo un año en un cargo, al que por cierto accedió de forma anómala, que al no ser empleado público, nunca debió de ser nombrado, y además su partido le retiró la confianza por incompetente y lo cesó; de ahí que ahora deba estar a todas para intentar recuperarla. Actualmente, me constan los apoyos tanto del delegado como del presidente de mi partido, en este nuevo procedimiento. Y por ser de justicia, quiero reconocer públicamente la constante preocupación e intervención, cuando se les ha requerido a ambos; tanto el Delegado como el Presidente, o el Presidente como el Delegado, en el tema de la obra del nuevo hospital, que han allanado el camino al desenlace feliz que hoy tenemos”, así lo ha declarado, Francisco Robles, director provincial del INGESA y presidente de la Comisión de Sanidad del PP de Melilla.